El otro día me llamaron para un trabajo que implicaba humillación y juego de roles en público. Era la primera vez que hacía algo así delante de otras personas, y creo que salió muy bien por eso. Obviamente, discutimos con el cliente antes de empezar el juego lo que quería exactamente. Es decir: teníamos nuestro propio manuscrito. Llevaba un traje de cuero con tacones extra altos, y un maquillaje intenso. Fuimos a un bar y tuve que ligar con hombres al azar en presencia de mi cliente y hacerle quedar como un idiota delante de esos desconocidos. También hicimos lo mismo en un sex shop. Llevar ese traje y un maquillaje muy intenso me dio también una especie de manta de seguridad y me ayudó a "deshacerme de mi verdadero yo" y me permitió interpretar con éxito mi papel de zorra desagradable que insulta a su "marido". Sinceramente, disfruto mucho con los juegos de rol, porque me permiten ser una persona diferente y poner a prueba mis habilidades interpretativas.
Sin embargo, cuando terminamos, y yo estaba de vuelta a casa, todo el juego me hizo pensar, y una simple pregunta se formó en mi cabeza: ¿Por qué realmente algunas personas encuentran sexualmente edificante ser humilladas en público? Este tema es bastante amplio, ya que implica también muchos subtemas. Como mencioné en el título, el juego puede implicar la sumisión y la dominación, utilizando el bondage, la violencia física, pero también puede ser una versión ligera de los métodos mencionados. Personalmente, no me gusta golpear, torturar a la gente y dejar marcas visibles. Sin embargo, los juegos mentales pueden ser tan crueles y dolorosos como los azotes reales. En estos casos, los clientes buscan realmente la sensación que produce el acto. Basándome en mi experiencia, llegué a la conclusión de que la mayoría de estos hombres (o incluso mujeres) tienen mucho éxito y suelen ocupar una posición de liderazgo en su vida profesional.
Al investigar un poco en Internet en busca de una explicación y una respuesta a mi pregunta, me encontré con la siguiente publicación en un sitio web relacionado: "La humillación en sí misma es algo liberador. Me gusta la liberación emocional que supone ser humillado y herido hasta llorar. Puedo relajarme completamente con mi pareja, desahogarme y hacer todo lo posible por complacerle. Ser humillada me sitúa en un espacio en el que no soy responsable, sólo soy un objeto y no tengo ninguna obligación de intentar mantener las apariencias. Soy un desastre y me revuelco en él. Me siento bien”.
Otros afirman que la humillación sexual es una herramienta de liberación emocional. También creo que, en la sociedad actual, los seres humanos están aburridos del clásico placer sexual y quieren probar cosas nuevas y adquirir nuevas experiencias tanto en el ámbito sexual como en otros campos de la vida. Así que si eso es cierto, ¡dejemos que vivan sus fantasías!
Besos
